viernes, 2 de septiembre de 2011

Virginia Santos Itoiz

Del 26 de septiembre al 15 de noviembre.

Pintar niños, lejos de ser un acto inocente, implica una especie de temeridad alquimista.
A fín de cuentas uno actúa y trabaja sobre el ADN de nuestra propia identidad.

"Los niños existen en un mundo propio y particular
que se mezcla y solapa con el mundo de los adultos.
Conviven y reciben estímulos de los adultos
y adoptan actitudes y comportamientos que observan a su alrededor."

Virginia Santos ha hecho de los niños el eje de su pintura.
Captura su mirada y los hace testigos mudos,
no de lo que hacemos sino de lo que, me atrevería a decir, pensamos.
Una pintura de miradas,
un espejo donde observarnos a nosotros mismos.

"He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño."
Joseph Heller (1923 – 1999).


Gracias Virginia.


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