Si la furia sonora que nos trajo el punk
quedó finalmente en una idea estética ahora estandarizada,
los que transitamos aquellos años pudimos oir y oler, muy de cerca,
un extenso legado de consignas anti-sistema y anti-poder.
Patxi Aldunate nos induce a pensar,
a través de esta exposición, en la posición de quien tiene mucho
y no comparte nada, de quien todo lo ha perdido
y se hace invisible a los ojos de los que más tienen,
de las diferencias sociales y de los sin casa.
“Esta noche tampoco duermo en casa”
fuerza a la indigencia a quién pisa el suelo dorado
de los palacios del dinero y el poder.
"Dios salve a la reina",
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